No sé si ustedes se acuerdan del calor que hacía el lunes pasado. Era una temperatura impropia de un 7 de agosto, como para eternizarse en alguna sombra. Y sin embargo, una legión de personas caminaba, corría o pedaleaba, bajo el sol de las tres de la tarde, en la avenida Perón, en la ciudad de Yerba Buena. A algunos les parecerá un disparate, pero esa gente está acostumbrada. Lo hace a diario; incluso, en los días de verano y en las horas consagradas a la siesta.

Puede decirse que ellos han transformado a esa trocha en un consultorio de psicólogos invisibles y a cielo abierto, pues coinciden en que la caminata, el trote o la pedaleada son su terapia. Sin embargo -y pese a la afluencia- los paseantes no se internan tranquilos. Cruzar la avenida equivale a jugar a la ruleta rusa: en los 6,5 kilómetros que van desde el camino del Perú hasta el derivador de La Olla no hay un semáforo. Ni uno, siquiera. Andar junto a conductores que pisan el acelerador a su libre albedrío es una lección de heroicidad. Y no sólo para ellos, sino también para el resto de los usuarios, como madres con niños, estudiantes o ancianos. Por momentos, en cada cruce se relame el peligro.

¿Una avenida o un autódromo?     

Luciana Castelló vive en uno de los barrios cerrados situados en los márgenes de esa trocha. Dice que atravesar las esquinas de las calles Las Rosas o Bascary es cada vez más riesgoso, ya sea a pie o en vehículo. “Se juntan cuatro autos que quieren girar y se embotella todo”. La escribana Cecilia Valy tiene su oficina en el centro comercial Open Plaza. Por consiguiente, transita por allí desde que amanece hasta que el sol se silencia detrás de las montañas. “La avenida se ha vuelto un peligro. Todos los días ocurren accidentes. Y en ciertos horarios es imposible cruzar. Deberían poner semáforos en las esquinas más transitadas”, opina. También Miguel Gianfrancisco habla de un caos en expansión. Lo apodan “leyenda” porque corre desde 1964. Él pronuncia la misma frase que -de aquí en adelante- repetirán los demás como un mantra: que la Perón, en vez de avenida, parece una pista de carreras. Claudia Palacios anda en bicicleta a diario. “Los autos pasan a toda velocidad. ¿Por qué nadie controla? Me indigna la indolencia de las autoridades”, se queja. El abogado César Paliza es otro que pide -puntualmente- semáforos. Piensa que, sólo de ese modo, bajará la velocidad del tráfico vehicular.

Pero no. Por ahora, los artefactos no aparecerán en la totalidad de ese paisaje piedemontano. Una red sincronizada es cara, contesta el jefe de Gabinete del municipio, Manuel Courel. Enseguida enfatiza que la gestión de la que forma parte tiene voluntad de hacer las cosas. Y que, en consecuencia, han analizado otras alternativas, adecuadas al presupuesto con que cuentan. ¿Qué harán, entonces? Para empezar -explica-, colocarán unos reductores de velocidad que estarán antecedidos por cintas reflexivas de pintura termoplástica. De hecho, esas marcas han sido pintadas hace unas semanas en el cruce con Bascary, al que han tomado como caso testigo. Lo que resta es instalar los lomos de burro. “Usaremos los modelos en los que el vehículo queda arriba, por completo”, especifica.

De acuerdo con los cálculos del funcionario, con esta iniciativa -que ha sido dibujada por estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán- se reducirá la velocidad del tráfico, aunque sin quitarle fluidez. La tarea tiene un coste de unos $ 500.000 por empalme, y la concretarán con fondos propios. Si los gobernantes verifican que el plan fructifica, lo copiarán en otras esquinas.

¿Cómo medirán si funciona? El subdirector de Tránsito del municipio, Nicolás Juárez Dappe, responde que usarán, además, unas pistolas electrónicas (cada una cuesta alrededor de $ 36.000), con las que efectuarán foto multas de manera presencial. “La velocidad límite es de 60 kilómetros por hora. Pero muchos conductores van a 120 kilómetros. En vez de una avenida, parece una pista”, repite el mantra. Donde sí colocarán semáforos -anticipan- es en la calle Las Rosas.

Bikers, a la derecha por favor

Como se ve, los testimonios suenan coincidentes. Y otro punto en el que se observa una igualdad de opiniones es el que se refiere a los ciclistas. Porque también dentro de esa legión hay necesidad de normas. Estela Figueroa plantea que deberían circular en fila india, en vez de uno al lado del otro. “Hago mea culpa. Es cierto que no andamos por la derecha; creemos que la Perón es para las bicicletas”, dice el agrónomo Alejandro Ávila, a días de que se corra el Trasmontaña -una carrera de mountain bike que atraviesa la selva tucumana y que carga con la fama de ser de las más multitudinarias del país-. De hecho, cada año, en la víspera, la Perón se asemeja a un velódromo.

Queda, entonces, otro reclamo sin satisfacer: ciclistas, caminantes y corredores piden, también, sendas específicas. Con el clamor parece coincidir -al menos en lo teórico- Franco Marigliano, el subsecretario de Planeamiento Urbano. Desde su perspectiva, el tratamiento de la Perón debe efectuarse de a tramos, pues sus características son cambiantes. “El sector de La Olla funciona como un circuito de ciclistas”, ejemplifica. Con esa consideración en mano, cuenta que han presentado ante la Secretaría de Asuntos Municipales de la Nación un proyecto integral, para transformar a la Perón en una avenida del deporte.

Quien mucho dice saber de esto es el concejal radical Lucas Cerúsico, opositor a la gestión del intendente Mariano Campero, aunque de su misma línea política. “Paso seis horas de mi vida en la Perón, ya sea pedaleando o corriendo”, relata. En consecuencia, asegura tener “conocimiento de la situación”. Y ese entendimiento lo lleva a decir que Yerba Buena debería ser declarada “capital nacional del deporte al aire libre”. Así las cosas, propone que los carriles de ambas manos sean transformados en circuitos ciclísticos, a través de conos fijos, pintura y cartelería que indique que se trata de un sector mixto, para vehículos y bicicletas. Luego, plantea que la colectora que actualmente corre paralela a la avenida, en la mano sur, sea utilizada como un paseo de calidad de vida.

Y es que si algo distingue a la Perón de otras calles yerbabuenenses es su gente, que se ha apropiado de ella. Se podría decir que tiene paseantes; no peatones. Cuenta el arquitecto tucumano Máximo Cossio -quien había propuesto que se la construya de forma sinuosa, y no en línea recta- que los caminos con suaves curvas abren el horizonte urbano. “Contribuyen a que las calles sean un lugar de paseo”, explica.

Ajenos a ese pensamiento académico pero coincidentes en los hechos, algunos vecinos sueñan con equipamiento urbano. Nahuel Socci piensa en aquellos que hacen picnics en las veredas. “Los fines de semana, la esquina de Moreno se llena de gente. Sería bueno que haya juegos para los niños”, sugiere. La cardióloga y deportóloga Agustina Abalsa también vislumbra el porvenir, aunque en un sentido menos esperanzador: “cuando inauguren el supermercado Gómez Pardo, la Perón se pondrá imposible” (actualmente, ese centro comercial se está edificando junto al complejo de viviendas Terrazas Park). Tras la advertencia de Abalsa, la abogada Cecilia Merino pregunta quién habrá sido la “luminaria” que autorizó un hipermercado en ese punto. También ella abriga pocas esperanzas. Y lo que la ha llevado a ese estado de desahucio es observar, por ejemplo, a los vehículos que transitan por la “pseudo” bicisenda, situada en la mano sur, con la naturalidad de quien estuviese en su lugar.

Y es que, si a los gobernantes les compete el control, a los usuarios también les caben algunas incumbencias. “Queda en la conciencia de cada uno no pasar de los 60 kilómetros por hora”, reflexiona Ricardo García, mientras observa, desde una parada de colectivos, el furioso paso de los autos.

Ayer, la nada; hoy, un mundo

La Perón fue inaugurada en octubre de 1995 por el ex gobernador y cantante Ramón Ortega. Las crónicas de la época consignan que la obra demoró dos años, que se invirtió $ 1 millón y que se hicieron dos carriles, una platabanda y veredas laterales. Eso totaliza un ancho de calzada de 42 metros, lo que la convierte en la avenida más holgada de Yerba Buena y en una de las más amplias de la provincia. Su jurisdicción se encuentra dentro de la órbita de la Dirección Provincial de Vialidad.

Por aquel entonces, fue concebida -sobre todo- para aliviar el tránsito automotor del oeste yerbabuenense y de su vecina San Miguel. Al cabo, no sólo sirvió como ruta descongestiva, sino que transformó la nada en un mundo. Antaño, por esos parajes se sucedían montes y fincas. Ni gente ni casas ni coches. Hoy, al paisaje se le adhieren edificios, barrios cerrados, countries y centros comerciales. Y ese crecimiento es el que ha traído aparejada una explosión vehicular.

Om, om, om

En definitiva, son las obras -y no sus anuncios- las que calmarán las impaciencias. Porque los vecinos seguirán, como siempre, charlando entre ellos, llevando a sus pequeños a andar en bicicleta, trotando o caminando por la ondulante traza de la Perón. Pero no por ello habrán dejado de recitar el mantra. A juzgar por lo que han expuesto, la barbaridad de no poder cruzar una calle no les produce apatía. “No sólo la Perón es de terror. ¡La avenida Aconquija, también! Un montón de veces perdí el colectivo porque no te dejan cruzar”, sostiene Mónica Audi Falú. Ningún auto frena -detalla-, pasan a toda velocidad, salpican el agua que corre siempre junto a los cordones y no les importan ni las madres con niños. “Estaría bueno que escriban un artículo, también, sobre la avenida Fanzolato. Desde hace cuatro meses está totalmente bloqueada por una futura pavimentación”, se pliega Maurina Colombres. “¡Sí! Tendrían que extender la inquietud a todas las calles del municipio”, concluye Blanca Santillán de Avellaneda.

> PUNTO DE VISTA

Que no se transforme en otra Solano Vera

JOSÉ IGNACIO VÁZQUEZ - Vecino

Lo que otrora fue el proyecto urbanístico más importante de Yerba Buena, y de la provincia -tal vez-, hoy se erige como un monumento a la falta de planificación y a la ausencia del Estado. La Perón agoniza. Mientras tanto, los vecinos hemos aprovechado su extensión para suplir otras carencias de la ciudad, como una pista de salud o un buen parque público. En poco tiempo comenzarán a funcionar en esa avenida una estación de servicios y un hipermercado. Ojalá todavía tengamos la oportunidad de salvar al gigante para que que siga creciendo con fuerza y salud. Es imperioso determinar qué queremos que sea la Perón. ¿O vamos a dejar que se transforme en otra Solano Vera?

¿quÉ dice la gente?
Muchas voces, muchas coincidencias
“El avance de la Perón ha sido gracias a la inversión privada. El Estado sigue ausente en la avenida y en los barrios aledaños”. 
Lorena Rotella
“Quienes practicamos ciclismo o pedestrismo, ya sea de modo competitivo o recreativo, no contamos con lugares adecuados en Tucumán. Ante eso, fuimos apropiándonos de la Perón. Entonces, hoy se hace necesario que todos apelemos a la consideración. No le cuesta nada al pelotón de ciclistas adecuarse a un carril. Los autos deben aminorar la velocidad, y no tirarse encima de los deportistas. Y los que corren tienen que tratar de ir en fila. Si no, la Perón seguirá siendo un caos”. 
Estela Figueroa
“Lo más preocupante es la velocidad de los vehículos. Hay que poner reductores y efectuar controles en horarios pico. Algún día estos imprudentes van a matar a alguien y ahí lo vamos a lamentar”. 
Sergio Acuña
“Opino que es una avenida; no una bicisenda o un velódromo. Ni los ciclistas ni los corredores respetan los carriles”.
Andrés Herrera
“Avenida Perón, frente a un colegio: autos en doble fila y sobre las veredas. Un peligro para todos (foto)”. 
Santiago Fourcans 
“Tenemos las posibilidades de crear los espacios adecuados y de educar a la población. Lo que falta son las ganas”. 
Graciela Vece
“Con la cantidad de countries se ha vuelto imposible. Todos tienen apuro en llegar y no respetan nada. Ordenar el tránsito es una materia pendiente es esta ciudad”. 
Blanca Santillán de Avellaneda
Campero y la Perón
Cinco definiciones del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, sobre la avenida Perón y sus problemáticas.
1. “En el cruce de avenida Perón y la calle Las Rosas pondremos semáforos”. 
2. “Desde la esquina con Bascary, hacia arriba, pretendemos transformar a la Perón en una avenida del deporte. En ese sentido, el Subsecretario de Asuntos Municipales de la Nación, Lucas Delfino, nos confirmó que la carpeta con nuestra propuesta ha sido aceptada. En breve tendremos novedades”. 
3. “Los estudios sobre tráfico indican que el 75% de los vehículos que circula por Perón, hacia el oeste, gira al llegar al cruce con Moreno”. 
4. “Estamos haciendo controles vehiculares a toda hora. En promedio, secuestramos unas 120 motos por mes. Pero no podemos evitar que a las 2 de la madrugada alguien se pegue un bombazo en una platabanda. Para eso, necesitamos generar conciencia, cultura y educación”. 
5. “La Perón es la nueva cara de la ciudad. Así lo entiende este gobierno”.
peligro, mire bien
¿Cuáles son los cinco cruces más problemáticos de la Perón?
1) Las Rosas.
2) Bascary.
3) Lobo de la Vega.
4) Moreno.
5) Saavedra Lamas

¿Qué dice la gente?

Muchas voces, muchas coincidencias

-“El avance de la Perón ha sido gracias a la inversión privada. El Estado sigue ausente en la avenida y en los barrios aledaños”. Lorena Rotella

- “Quienes practicamos ciclismo o pedestrismo, ya sea de modo competitivo o recreativo, no contamos con lugares adecuados en Tucumán. Ante eso, fuimos apropiándonos de la Perón. Entonces, hoy se hace necesario que todos apelemos a la consideración. No le cuesta nada al pelotón de ciclistas adecuarse a un carril. Los autos deben aminorar la velocidad, y no tirarse encima de los deportistas. Y los que corren tienen que tratar de ir en fila. Si no, la Perón seguirá siendo un caos”. 
Estela Figueroa

-“Lo más preocupante es la velocidad de los vehículos. Hay que poner reductores y efectuar controles en horarios pico. Algún día estos imprudentes van a matar a alguien y ahí lo vamos a lamentar”. Sergio Acuña

- “Opino que es una avenida; no una bicisenda o un velódromo. Ni los ciclistas ni los corredores respetan los carriles”.
Andrés Herrera

- “Avenida Perón, frente a un colegio: autos en doble fila y sobre las veredas. Un peligro para todos ”. 
Santiago Fourcans 

“Tenemos las posibilidades de crear los espacios adecuados y de educar a la población. Lo que falta son las ganas”. 
Graciela Vece

“Con la cantidad de countries se ha vuelto imposible. Todos tienen apuro en llegar y no respetan nada. Ordenar el tránsito es una materia pendiente es esta ciudad”. Blanca Santillán de Avellaneda

> Campero y la Perón
Cinco definiciones del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, sobre la avenida Perón y sus problemáticas.

1. “En el cruce de avenida Perón y la calle Las Rosas pondremos semáforos”. 

2. “Desde la esquina con Bascary, hacia arriba, pretendemos transformar a la Perón en una avenida del deporte. En ese sentido, el Subsecretario de Asuntos Municipales de la Nación, Lucas Delfino, nos confirmó que la carpeta con nuestra propuesta ha sido aceptada. En breve tendremos novedades”. 

3. “Los estudios sobre tráfico indican que el 75% de los vehículos que circula por Perón, hacia el oeste, gira al llegar al cruce con Moreno”. 

4.
“Estamos haciendo controles vehiculares a toda hora. En promedio, secuestramos unas 120 motos por mes. Pero no podemos evitar que a las 2 de la madrugada alguien se pegue un bombazo en una platabanda. Para eso, necesitamos generar conciencia, cultura y educación”. 

5. “La Perón es la nueva cara de la ciudad. Así lo entiende este gobierno”.

> Peligro, mire bien
¿Cuáles son los cinco cruces más problemáticos de la Perón?

1) Las Rosas.
2) Bascary.
3) Lobo de la Vega.
4) Moreno.
5) Saavedra Lamas.